¿Por qué mi gato no se deja acariciar?

¿Por qué mi gato no se deja acariciar?

Si tienes la suerte de vivir con un gato, puede que también te hayas encontrado con el tema de que no se deja acariciar cada vez que quieres. Si es tu primera vez conviviendo con un felino, quizá incluso creas que hay algo que no estás haciendo bien.

Como madre adoptiva que he sido de muchos mininos, quiero empezar por desmentir la teoría de que no son cariñosos.

Los gatos son muy fraternales,

Nuestro pequeño en una cesta.

pero no les gusta nada que sea forzado. Si no me crees, piensa

¿cuántos gatos de circo conoces?

Existen, al menos, dos posibles circunstancias por las cuales tu gato no se deja mimar. La primera, es que se sienta amenazado por algún cambio en el entorno, como un miembro nuevo de la familia, o un sonido u olor en particular.

La segunda es que estés siendo muy persistente.

Los gatos tienen su propio ritmo

y no les apetece mucho cambiarlo. Si se acercan a ti, es que quieren caricias. Si se van a un sitio alto o bien camuflado, están dejando en claro que es hora de darles su espacio.

¿Por qué un gato no se acerca a los humanos?

Hay una razón extra para que un gato sea siempre silvestre. Si entre la sexta y la octava semana no interactuó con personas, no hay manera de que al crecer se vuelva doméstico. Puedes alimentarlo si mantienes la distancia, y poco a poco se irá sintiendo más en confianza.

Si eres paciente, y sigues con una rutina de horarios y comida estable, puede que incluso te siga a cierta distancia, o se acueste no muy lejos de ti. Pero un gato bebé que no creció cerca de personas, siempre será un poquito más salvaje.

En cierta forma es como la espuma de mar, si sólo la dejas que llegue bañará tu cuerpo. Si intentas atraparla, verás que se desvanece.

¿Qué hacer para mejorar la relación con mi gato?


Voy a darte algunos consejos basados en mi propia experiencia. Los gatos que han compartido su vida conmigo, y los ocho que aún lo hacen, son especialmente afectuosos


Se dejan cargar, besar, peinar, y tocar


las almohadillas y entre los dedos.


Pero, la mayoría fueron rescatados de la calle con apenas dos o tres semanas de vida. O sea que tuvimos el tiempo y la necesidad de construir


una relación basada en la confianza y el afecto.


Sin embargo, he lidiado con algunos semisilvestres.


Lo que puedo recomendarte es que seas paciente,


que no trates de obligarlos, que mantengas una energía calma cuando te acerques a un gato desconocido. Piensa que muchos sufren maltrato o abandono, y su experiencia previa con personas pudo no haber sido buena.


Si ya está en casa, recuerda que


los gatos entienden la recompensa pero no el castigo.


Si quieres que abandone determinada conducta, es mejor educarlo en una nueva que prohibirle algo. Como cuando insisten en subir a la meseta de la cocina.


Es preferible poner la comida siempre lejos. Lo de atomizarles agua, regañarlos, o hacer ruidos, sólo funciona hasta que se dan cuenta de que eres inofensivo y estás tirándote un farol.

Conclusiones


Un gato es un miembro muy especial de la familia. Es independiente, activo en los amaneceres y los atardeceres,y muy ocurrente


Puedes aprender a vivir con ellos


o verlos cómo se mudan a casa del vecino.


Y recuerda,


no son tus gatos:

tú eres el humano que vive con ellos. Si te portas bien, tendrás madrugadas llenas de calentadores peludos en las piernas o el pecho. Si te portas mal, ve diciendo adiós a los adornos o los vasos que dejas sobre la meseta.


Si tienes un gato bebé, haz que se acostumbre a que les toques la nariz, las orejas, o los dedos. Será vital si alguna vez enferma, o si eres de esos humanos extrapegajosos, como yo. Y siempre, da igual la edad del michi, hazlo vivir en un mundo donde la humanidad es compasiva y gentil.

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