Atardecer
Hay un segundo, cuando el sol está apunto de perderse en el horizonte, en que el cielo sobre la ciudad se incendia. Justo ahí, entre las sombras de los cables de electricidad y los tejados puntiagudos, las nubes se tiñen de rosa, naranja, y tonos de azul.
No hay un
instante más hermoso
Los objetos pierden nitidez, y eso nos da la oportunidad de ver la vida sin un ojo demasiado crítico.
En penumbras, cuando la vista no es suficiente, vemos con la luz del corazón.
Sólo así es posible descubrir la belleza de una ciudad que lucha por sobrevivir.