¿Qué puedes conseguir con zazen?
Cuando empecé a practicar zazen sentía que todo era fácil, diáfano, sencillo. Mi postura era hermosa y muy cómoda. Veía a mi alrededor gente sufriendo para sentarse en medio loto o birmano. Y, llena de una arrogancia algo naif , estaba feliz porque no era tan duro.
Pasaron algunos pocos años. Uno puede suponer que zazen es como un deporte, y que la práctica llena de voluntad puede convertirte en un maestro en lo que haces.
Pero no es así.
Eventualmente mi postura se volvió rígida. Cada sentada era una batalla que terminaba por perder. Quería ganar a fuerza de voluntad y perseverancia. Quería resolver este asunto como todos los otros en mi vida: a fuerza de querer, con las grandes dotes de mi intelecto, y mis habilidades para acumular conocimiento.
No sabía que era una batalla que había que perder.
Pero el cuerpo se agota, y duele. Y la mente termina por rendirse. Algunos lo comprenden muy pronto.
A los más testarudos nos toma algún tiempo empezar a ceder, aprender a soltar, a abrir las manos.
Por eso te digo que zazen no te dará más que un dolor de rodillas de vez en cuando, y otro poco de dolor de espaldas. Va a darte también muchos momentos incómodos, y la oportunidad de ver ese lado tuyo que has disimulado por años.
Con zazen vas a conseguir muchas despedidas de amigos a quienes ya no interesa tu estilo de vida, y pocas ganas de ser una persona de provecho social. Eso que la gente llena de hormonas y endorfinas llama alegría de vivir, y que tiene que ver con beber, hacer dinero, o ser importante.
Como imaginas, lo que puede darte esta práctica no es un tesoro que muchos quieran para sí. Sin embargo, siempre le digo a mis amigos que lo maravilloso de zazen no es lo que te da: es lo que te quita.
Sin darte cuenta, paso a paso, con pequeñas recaídas, zazen va a quitarte todo eso que sobra en tu vida. Todo aquello que te hace programable, utilizable, dependiente. Como viejas escamas de una piel que ya no usas.
No sé qué más he de perder en el camino. Sólo sé que con un pie en la vía de Buda, no hay sitio en el que puedas esconderte. No hay lugar ni acción que no sean la práctica del despertar.
Si has disfrutado leyendo nuestro blog te invitamos a compartirlo con tus amigos y en tus redes sociales.
Puedes visitar nuestra tienda y chequear nuestros diseños. También puedes invitarnos a un café o un buen té verde. La vida es mejor si la compartimos con otros. Recuerda sonreír y ser feliz en el proceso.