Pudiera pensarse que vamos linealmente a algún sitio. La vida es simple, pero nuestra mente la vuelve compleja, inexplicable.
El viaje comienza como una línea, como una mancha, una abstracción.
Luego, a partir de ese punto, se nos muestran caminos infinitos, posibilidades ilimitadas.
El caos y la incertidumbre se manifiestan, pero como en Zazen, los dejamos ir. Sin miedo.
Un trazo más, con la visión de túnel, la que lo abarca todo y no particulariza en nada.
A veces, nos detenemos un instante y observamos dónde están nuestros pies. Con calma los iluminamos.
Seguimos adelante¿Hasta dónde queremos llegar? ¿A dónde vamos realmente?
Este dibujo nos va a llevar toda una vida.