Bajo asedio
Bajo asedio, crispado, intranquilo, a punto de asestar el golpe. En guardia, siempre en guardia.
Nuestro cuerpo-mente no descansa. Nunca. Este tiempo-mundo es así, cargado de estímulos, de carencias, de opulencias, de deseos satisfechos e insatisfechos.
Hay quien lo llama el caos. Muchos lo llamamos la realidad.
Hace algunos meses pasé diez días en el nuevo templo zen de Cuba, @kosenshinji junto a la monja Alga del Mar.
En el templo siempre hay algo que hacer. Se amanece practicando Zazen, luego Samu, o trabajo en beneficio del otro, otra vez zazen, y así pasan los días.
Hay tanto por hacer que apenas tienes tiempo para pensar en ti mismo, en lo que te falta, en tus aspiraciones futuras o en los traumas del pasado.
Al final de mi estancia, mi cuerpo-mente estaba relajado, atento y a la vez tranquilo.
Había bajado la guardia. Se me había caído la máscara.